El 15 de noviembre de 1983, Ozzy Osbourne lanzaba Bark at the Moon, su tercer álbum como solista y un hito dentro de su carrera. Tras el trágico fallecimiento de Randy Rhoads, muchos dudaban sobre el futuro musical de Ozzy. Sin embargo, este disco significó un firme paso adelante gracias a la incorporación del talentoso guitarrista Jake E. Lee, proveniente de bandas como Ratt y Rough Cutt, cuya presencia aportó un aire fresco y renovado al sonido del ex–Black Sabbath.
El álbum no solo consolidó una nueva etapa creativa, sino que también introdujo una estética más oscura y teatral que calzó a la perfección con la figura de Ozzy. La canción homónima, “Bark at the Moon”, se convirtió rápidamente en uno de sus clásicos indiscutidos, llegando a nuevas generaciones a través de su inclusión en videojuegos icónicos como Guitar Hero II, Guitar Hero: Greatest Hits y Grand Theft Auto: Vice City, donde su energía desbordante volvió a situarla en el centro de la cultura popular.
El disco fue remasterizado en 1995 y nuevamente en 2002, a casi dos décadas de su estreno, reafirmando su vigencia dentro del catálogo del Príncipe de las Tinieblas. Comercialmente, Bark at the Moon tuvo un impacto inmediato: alcanzó el puesto n.º 19 en la lista Billboard 200 y, a pocas semanas de su lanzamiento, recibió la certificación de disco de oro por parte de la RIAA.
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