En 1993, mientras Guns N’ Roses atravesaba uno de sus tantos períodos de turbulencia, Duff McKagan decidió dar un paso al frente y presentar su faceta en solitario. El resultado fue Believe in Me, su primer álbum como solista, publicado el 28 de septiembre de aquel año.
El bajista sorprendió al demostrar que no solo podía sostener con solvencia la base rítmica de la banda más peligrosa del mundo, sino también asumir el rol de cantante, compositor y líder de su propio proyecto.
El disco contó con la participación de músicos de lujo: Lenny Kravitz, Jeff Beck, Sebastian Bach, Slash y Matt Sorum, entre otros. Una lista que refleja tanto la versatilidad del álbum como la red de amistades y complicidades musicales que McKagan supo tejer a lo largo de su carrera.
Para promocionarlo, Duff emprendió una gira por varias ciudades de Estados Unidos, mostrando un repertorio que mezclaba la crudeza del hard rock con guiños punk y destellos de funk. Sin embargo, el único sencillo oficial extraído fue la canción homónima, Believe in Me, donde su inseparable compañero Slash aportó un inconfundible trabajo de guitarras.
Hoy, tres décadas después, Believe in Me sigue siendo un retrato honesto del espíritu inquieto de Duff McKagan: un músico que nunca temió correrse de la sombra de su banda madre para explorar su propia voz artística.







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