En una charla con Página 12 el músico se puso crítico con las bandas locales. Además reveló cómo se siente y cómo está.
"Yo quiero que la música cumpla la función que tiene que cumplir, que no es incendiar un boliche con bengalas o manifestarse como en una cancha de fútbol", comentó el músico a Página 12 y habló sobre los conciertos que dará en el Teatro Colón en septiembre.
"Yo tenía un problema: yo no me gustaba a mí mismo, lo que me gustaba era lo que hacía, mi obra. Por eso un clásico era la gente que se hacía amiga mía y después me empezaba a imitar. El que se comporta como yo me aburre soberanamente", reveló.
Su charla se puso crítica cuando se refirió a las bandas locales. "El rock que se hace acá me parece una garcha atómica. Ya no hablo de música, hablo de ideología. No tiene ideología y no me refiero a peronistas o comunistas. Me refiero a otra cosa. Quiero que la música cumpla la función que tiene que cumplir: sirve para curar".
Su vida fue otro de los puntos de la entrevista: "Yo me drogué mucho pero eso jamás afectó mi música. ¿Qué me salvó a mí? Lo que sé es que no fueron ni los psicólogos. Para mí no es una ciencia, es pura superchería. Yo me hago el boludo pero no olvido: me encerraron, me sacaron todos los departamentos… y nunca hice nada malo. Salí gracias a Palito y a mí. Si no todavía estaría cavando zanjas en granjas de rehabilitación”, explicó.
"Es muy complicado meterse el ego en el culo y hacer lo que te dicen para seguir vivo. Estoy eternamente agradecido a Palito, pero en definitiva salís solo... A mí me quedaron las manos artríticas, no podía tocar el piano ¡era desesperante!. Fue todo lento, pasito por pasito", remató.
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