Bastards es el undécimo álbum de estudio de Motörhead y uno de los discos más subestimados dentro de su prolífica trayectoria. Publicado en 1993, marcó un momento clave para la banda: fue el primer trabajo registrado por la formación integrada por Lemmy Kilmister, Phil Campbell, Würzel y el baterista Mikkey Dee, quien terminaría convirtiéndose en una pieza fundamental del sonido Motörhead en las décadas siguientes.
El álbum también significó el estreno del productor Howard Benson al mando de la consola, aportando un enfoque sólido y directo que acompañó el espíritu combativo del grupo. Tras el tibio desempeño comercial de 1916 y March or Die, Motörhead decidió dar un golpe sobre la mesa y volver a lo que mejor sabía hacer: rock and roll salvaje, acelerado y sin concesiones.
Con el tiempo, Bastards se consolidó como un favorito entre los fanáticos más fieles y como un recordatorio de que, incluso en sus momentos más turbulentos, Motörhead jamás perdió la esencia que lo convirtió en una de las bandas más influyentes del rock pesado
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